Chile está comprometido con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ella representa una oportunidad para buscar consensos y acciones colaborativas frente a los actuales desafíos globales como lograr el fin de la pobreza, mejorar y ampliar la educación, enfrentar las consecuencias del cambio climático, defender la democracia y los derechos humanos, entre otros. Es decir, constituye el marco apropiado para avanzar hacia el desarrollo sostenible en sus dimensiones social, ambiental y económica, y cumplir con el compromiso de “no dejar a nadie atrás”.
Desde la vuelta a la democracia, hemos experimentado un crecimiento sostenido tanto en los ámbitos económico y social, que se ejemplifica con la disminución del desempleo e índices de pobreza. Esto es fruto, entre otros factores, de una estrategia estable que articula una política de economía abierta y una priorización del gasto público en políticas sociales, lo que ha permitido el crecimiento económico.
No obstante estos resultados, queremos avanzar hacia un desarrollo más sostenible, inclusivo e integral para todas las personas. Este desafío se enfrenta con la elaboración e implementación de políticas públicas y normativas con mirada de largo plazo en los aspectos sociales, medioambientales y económicos. El proceso requiere del compromiso y esfuerzo de todos los grupos de nuestra sociedad, para construir en conjunto soluciones multisectoriales y colaborativas en todos los niveles.
Chile ha asumido la implementación de la Agenda 2030 como una política de Estado, entendiendo que debe ser el resultado de un trabajo en alianzas, basado en la convergencia de voluntades de la sociedad civil, el sector privado, la academia y el Estado. Esta perspectiva la hemos aplicado de manera transversal para enfrentar los diversos aspectos del desarrollo sostenible. Nuestros retos más relevantes -como el desarrollo integral, la agenda con pueblos indígenas, la protección de la infancia y un nuevo modelo de atención de la salud- son abordados a través de acuerdos nacionales entre múltiples actores, y con iniciativas innovadoras como “Compromiso País”, donde los problemas sociales complejos son tratados mediante una forma de trabajo público-privado para la definición de soluciones.
Para afrontar los desafíos propios de la Agenda 2030, Chile ha optado por robustecer su institucionalidad nacional asociada a su implementación. Adicionalmente, interesa delinear un camino hacia la definición de una estrategia de implementación de la Agenda 2030 en el país, de manera que facilite su apropiación a nivel nacional y subnacional.
Desde el punto de vista social, los importantes avances de reducción de pobreza de los últimos años necesitan ser complementados con logros sostenidos en mejora de oportunidades para diversos grupos vulnerables. Al respecto, el Estado se ha dotado de una renovada institucionalidad, impulsando políticas y leyes que están permitiéndole afrontar estos y otros desafíos sociales, con la participación de la sociedad civil y otros actores.
Asimismo, hemos implementado importantes planes, estrategias y legislación en el ámbito medioambiental. La realización en Chile de la COP25 explicita nuestro compromiso con los problemas globales, nuestra responsabilidad con el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Esto se refleja en los avances en energías renovables, la transformación de nuestra matriz energética y la protección de los océanos, entre otros.
En materia económica, se registran avances y despliegue de capacidades adaptativas ante escenarios muy dinámicos. Entre las acciones públicas, cabe destacar la creación de nuevas instituciones y agendas que buscan, entre otras cosas, potenciar el emprendimiento y generación de empleo decente, agilizar los proyectos de inversión, así como mejorar la productividad e innovación. En este ámbito, visualizamos desafíos asociados a la transformación digital, la participación laboral de las mujeres, el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y el crecimiento sustentable, áreas que destacamos para el próximo Foro de APEC 2019 en Chile.
En síntesis, las tareas y los compromisos de la Agenda 2030 son amplios y ambiciosos, y estamos conscientes que no es posible alcanzarlos aisladamente, pues constituyen un desafío y resultado compartido, donde es fundamental la colaboración y cooperación en y entre los países, con la mirada puesta en las personas, la prosperidad y el planeta.